¡Hola!
Relatos, si. ¡Buf!. Esto de concretar no es lo mío. Termino yéndome por los cerros de Úbeda, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid.
A modo de terapia, me he propuesto participar en cuanta actividad hay en el curso Verbalina que estoy haciendo. Todo en un espacio controlado. Para probar y aprender, que allí hay gente muy buena y por aquí ni te cuento.
Hoy subo el primero y os aviso: en vista de mi pequeño problema con los nombres de los personajes, voy a agenciarme los vuestros.
Que a nadie le vaya a parecer mal, ¡eh!, siempre desde el cariño. Cualquier parecido entre el dueño del nombre y el personaje es pura coincidencia… o no. Muahahaha…
Espero que os guste.
Un saludo y gracias por pasaros.
La casa de la playa
Cada vez que me metían en aquel asiento, el movimiento constante me dormía y me despertaba en un lugar diferente.
Esta vez habían ido más lejos. En la penumbra, me vi en una inmensa cama desconocida.
Encontré algo familiar: la luz brillante a través de la que me vigilaban me hacía compañía. Fijé mi vista en su resplandor, pero no fue suficiente para calmarme. La necesitaba a Ella.
Ella nunca estaba lejos y presté atención a mi entorno. Cuando me llegaron las voces empecé a preocuparme, no todas eran conocidas. Un gemido las acalló, débil al principio, hasta ir ganando fuerza.
Poco tardé en darme cuenta de que era yo quien lo emitía. Protesté con más ahínco. Siempre que lo hacía Ella aparecía al instante…
Una puerta empezó a abrirse. La claridad me confundió unos segundos, mi pánico fue en aumento al ver que no era a quien yo llamaba. No era un desconocido, pero no era Ella.
Sus palabras de consuelo solo me hicieron gritar más alto.
Otra figura la siguió poniendo fin a todos mis males. Allí estaba Ella, ya no había nada que temer.
—¡Caray, que genio tiene!. Oye, que soy tu abuelo.
Ella se rió mientras me cogía en brazos:
—No te preocupes, se le pasa pronto. Se quedó dormida en el coche y es el primer día que venimos.
El hombre también sonrió:
—Ah, es lo que tiene nacer en invierno, pequeña Yaz. Bienvenida a la casa de la playa.
Pues como que te ha quedado DE PUTA MADRE, como lo lees. Por cierto, tienes a Gumersindo Harald a tu disposición, jajajajaja…
Un besazo
jajajaja ¡¡Gracias!!
Gumersindo Harald tendrá su relato… pero a ti también te toca muahahaha
¡Un besazo!
Pues te ha quedado de miedo, has montado muy bien la acción y has sido concisa.
Los relatos siempre me han parecido dificilísimos
Besos
¡¡Gracias!! Si que son difíciles. Seguir las pautas que te dan con un límite es un lío.
Por cierto… para la semana te toca :P.
Besos
Me ha gustado mucho, se que es difícil expresar algo en tan poco, pero te ha quedado muy bien , gracias por compartir
Besos
¡Gracias a ti Canopus!
Y como les he dicho a los anteriores… también va a tocarte je, je.
te ha quedado buenisimo nesa, siempre dando lo mejor! un beso.
¡Gracias Sisi!
Me alegra que te gustara.
Te digo lo que a los otros: tu tampoco te libras jeje
Un beso.
muy bien, me gusta…quiero mas…un beso y hablamos !!!
¡Gracias Mocauy! Habrá mas…y uno para ti 🙂
Un beso. Hablamos!!!
Recien he descubierto tu página y, tras leer el primer relato te diré que no solo tienes talento, sino que sabes como enganchar a nuevos lectores, con franqueza te diré que espero poder seguir leyendo cada uno de los relatos, si son tan frescos y originales como el primero sin duda escribir es tu destino, tengas el trabajo que tengas, por lo que sigue en ello y ojalá el talento de tus dedos y tu mente siga regalando cada vez mas y mas historias….Solo queria poner un breve agradecimiento, pero creo que me he pasado dando cera sin proponermelo, así que solamente te diré gracías por escribir, ánimo y adelante, a ver si con suerte termino de leer los relatos y empiezo con los libros pronto……Muchas gracias!!
¡Muchísimas gracias por tus palabras! Ni te imaginas la ilusión que me hace tu comentario. Me alegra mucho que hayas disfrutado el relato y espero que te gusten también los demás. Si te animas a leer mis novelas, me encantaría saber qué te parecen.
¡Un abrazo y de nuevo mil gracias!